En medio del vacío creado por la inacción gubernamental frente al cambio climático, la urgencia del liderazgo y la acción del sector privado resulta imperativa para evitar que el calentamiento global sobrepase el objetivo climático de 1,5°C establecido en el Acuerdo de París.
El sector privado debe desempeñar un papel clave en la aceleración de la descarbonización global mediante el establecimiento de objetivos basados en la ciencia para reducir las emisiones dentro de sus operaciones y cadenas de valor, al tiempo que compensa sus emisiones residuales mediante la compra de bonos de carbono. Esta compensación es fundamental para catalizar la acción por el clima, ya que fija un precio al carbono, atrae fondos para proyectos elegibles y meritorios, permite a las empresas hacer algo (en lugar de nada) en su camino hacia el cero neto y, al mismo tiempo, desarrolla y apoya soluciones que reducirán drásticamente las emisiones actuales..
Tenemos que dejar de discutir acerca de si es mejor la reducción interna o la compensación de carbono. Si queremos tener alguna posibilidad de llegar al cero neto para 2050, no podremos asumir que será suficiente una u otra medida, sino que se requiere de ambas y un poco más.